jueves, 22 de agosto de 2013

Futuro Vs Redes = Persona Vs Mundo


Todas las teorías para la enseñanza del aprendizaje, llámese conductismo, cognitivismo o constructivismo, aunque hoy  para algunos sean consideradas un tanto obsoletas, en su época y por no existir otras opciones, tuvieron su impacto y bondad, las que produjeron experiencias para continuar en esa búsqueda de la verdad, de la mejor forma de adquirir el conocimiento.
Hoy esta nueva era, la era digital, nos invita a ir más allá de estas teorías y utilizar la demanda que hoy se ofrece, el Conectivismo; el cual a mi parecer es la versión mejorada del Constructivismo, desde un ambiente virtual y con mayor riqueza de recursos, que va evolucionando a la teorías anteriores. Mientras que el Conductismo, representado por los científicos de Watson y Skinner, estudia la conducta humana, en donde el maestro es el controlador de los estímulos y el estudiante se limita sólo a obedecer, es poco interactiva y su evaluación es cuantitativa. Por otra parte, el Cognitivismo representado por Chomsky y Bruner, le da relevancia a la experiencia para que suceda ese  aprendizaje,  aquí el maestro adapta sus procesos de enseñanza a los estudiantes y estos participan e interactúan activa y positivamente de ellos y su evaluación está centrada en dicho proceso. Otra visión es la del Constructivismo, basado en los estudios de Piaget, Ausubel y Vigostky se centra en la necesidad de explicar la naturaleza del conocimiento humano, el maestro es guía y orientador de los educandos y estos son responsables de su propio aprendizaje en un proceso activo, una actitud colaborativa y una evaluación continua.



Entre el Constructivismo (C) y el Conectivismo existen más semejanzas que diferencias. El Conectivismo expuesto por Siemens, basa esta teoría en el deseo de aprender, este deseo requiere de un conocimiento previo para que sea significativo y es referido al conocimiento del educando (C).  El docente al igual que en el C  se convierte en guía del proceso del estudiante. La diferencia radica en la presencia. El educando juega un papel activo, al igual que en el C, es responsable de su propio conocimiento. La evaluación pasa de actitud colaborativa a la consecución del conocimiento en redes con el aporte de todos.


A pesar que esta teoría está en proceso de consolidación, presenta muchos aciertos que me agradan y actualizan los procesos de enseñanza aprendizaje en este mundo global como lo es el aprendizaje en red, la efectividad organizacional depende del flujo de información a través de sus nodos, permitiendo entablar nuevas conexiones y fortalecer las que ya existen, el punto de partida es el educando como poseedor del conocimiento, aprende constantemente, desarrollando una meta-habilidad en donde la pertinencia, la relevancia y la trascendencia de dónde se encuentra la información es más importante, la estructura cognitiva está ligada a otras externas, no sólo a su cerebro y el vehículo y motor son las TICs, especialmente todas las herramientas multimediales ofrecidas por la Web 2.0.




Sin embargo, se generan algunas preocupaciones con relación a la deshumanización de la educación o mejor dicho, la despersonalización de los procesos, ya que no existiría un contacto real de individuo a individuo o de individuo a un grupo, se perderían esas experiencias enriquecedoras para el desarrollo de la personalidad. Los espacios para el desarrollo de la espiritualidad serían reducidos y poco efectivos. Habría que buscar estrategias para que esto no sea consecuencia negativa de implementar esta teoría ya que la persona debe ser más importante que el proceso y los recursos, si es que se desea diferenciar de las teorías anteriores.




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